De nuevo por este espacio!!! Estos días me encuentran siendo mamá de tiempo completo, pero en estos momentos que mi niña duerme, le dedico este ratito al blog que adoro.
Esta vez comparto un extracto del ensayo de Graciela Montes, "La frontera indómita" , texto que es de una riqueza y sensibilidad exquisitas.
"Cada uno está solo en el corazón de la Tierra
atravesado por un rayo de sol;
y de pronto anochece. (Salvatore Quasimodo)
(...)Winnicott empieza por el principio. Su punto de partida es el niño recién arrojado al mundo que, esforzada y creativamente, debe ir construyendo sus fronterasy, paradójicamente, consolando su soledad, ambas cosas al mismo tiempo. Por un lado, está su apasionada y exigente subjetividad, su gran deseo; del otro lado, el objeto deseado: la madre, y en el medio, todas las construcciones imaginables, una difícil e intensa frontera de transición, el único margen donde realmente se puede ser libre, es decir, no condicionado por lo dado, no obligado por las demandas propias no por los límites del afuera. El niño espera a la madre, y en la espera, en la demora, crea.
Winnicott llama a este espacio tercera zona o lugar potencial.
A esa zona pertenecen los objetos que Winnicott llama transicionales - la manta cuyo borde se chupa devotamente, el oso de peluche al que uno se abraza para tolerar la ausencia-, los rituales consoladores, el juego en general y, también, la cultura.
Esta tercera zona no se hace de una vez y para siempre. Se trata de un territorio en constante conquista, nunca conquistado del todo, siempre en elaboración, en permanente hacerse;por una parte, zona de intercambio entre el adentro y el afuera, entre el individuo y el mundo, pero también algo más: zona liberada. El lugar del hacer personal.
La literatura, como el arte en general,como la cultura, como toda marca humana, está instalada en esa frontera.
Un territorio necesario y saludable, el único en el que nos sentimos realmente vivos, el único en el que brilla el breve rayo de sol de los versos de Quasimodo. el único donde se pueden desarrollar nuestros juegos antes de la llegada del lobo (...)"
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