En entradas anteriores les contamos cómo llegó a nuestras manos el libro álbum "La silla de imaginar" escrito por Canela.
También cómo nuestro amigo Javier del Periférico Cultural nos regaló una silla hecha por él, para imaginar mejor...
Pero la cosa no terminó ahí. Se nos ocurrió compartir esta historia con los papás y mamás del CEC, con tod@s aquellos que compartieron con nosotr@s tantas cosas durante el año en el acto de fin de curso.
Y pusimos manos a la obra. Entre todas las compañeras y con l@s chic@s armamos el árbol de sillas (recorriendo el barrio buscando ramas), los frutos (sillitas hechas con ramitas de la hiedra de Sofía), l@s chic@s se disfrazaron, dibujaron, buscaron cosas para mostrar a l@s demás lo que se habían imaginado.
Y hoy pudimos compartir esta bella historia con toda la comunidad.
Fue muy emocionante, porque invitamos a participar a tod@s escribiendo o dibujando lo que se hubieran imaginado a partir de la lectura del cuento. Los mensajes que colgaron del árbol fueron conmovedores.
Así como el protagonista del cuento imagina con su silla que el tren volvía a pasar por el pueblo, nosotr@s como comunidad educativa, nos imaginamos que el año que viene tendremos nuestro edificio propio y como a Julián Lencina, ¡seguro que se nos cumple!
¡GRACIAS A TOD@S!: A Canela por escribir esta historia tan buena, a Mirta Colángelo por difundirla, a Javier por hacernos una silla tan copada, y en especial a los nenes y nenas del CEC por subirse a la silla e imaginar cosas tan lindas.
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