28 de febrero de 2009

La era tecnológica



Me sucede en muchos ámbitos no solo el educativo: esa sensación de estar en off side, de hablar otro idioma y notar las caras de desconcierto de mis interlocutores, ya sea porque hablo “raro” o porque los temas tratados me son absolutamente desconocidos.

Pongamos un ejemplo: no miro televisión, ergo las más de las veces no puedo participar de las charlas que se dan a mi alrededor. No conozco programas, novelas, talk shows, nombres de actrices, modelos o conductores famosos. Quedo afuera, soy sapo de otro pozo.

El caso inverso se da cuando el tema de conversación gira en torno a “la compu”. Internet, chats, foros, herramientas de office… En la escuela parece tema prohibido, escucho el cantito mil veces repetido de mis compañeras: “yo de computación no sé nada”. Las maestras siempre tienen algún familiar (hija, marido, sobrino) que les “pasa” las planificaciones en la computadora y hasta se las imprimen, ya que se autodenominan y aceptan como absolutas ignorantes en la materia. “Tendría que hacer un curso para aprender” es otra acotación que salta a relucir en forma frecuente, como si se sintieran en falta y necesitaran justificarse.

¿Por qué ese rechazo? ¿Me parece a mí nada más o también queda flotando en el aire un olor a “eso no es para mí, prefiero el artesanal lápiz y papel”? No hablo de casos aislados, son muchos los docentes que reniegan de las herramientas tecnológicas disponibles que nos facilitarían enormemente la tarea cotidiana.
Por otro lado, nuestros alumnos son avezados usuarios de las bondades que ofrece el mundo virtual: no solo juegan y chatean. También mandan e-mails, se registran en foros, abren cuentas en facebook, descargan y suben películas, música o filmaciones hechas desde sus celulares a Youtube, googlean a sus profesores y compañeros, publican en deviantart sus creaciones de photoshop, etc, etc…


Existe todo un mundo en Internet, y los educadores nos quedamos afuera de ese mundo al desconocerlo. ¿De qué saberes que les resulten significativos pretendemos ser portadores? Nuestros alumnos saben y nosotros no.

La era tecnológica llegó para quedarse y nosotros no le hemos encontrado la vuelta a la cosa.

Pensemos en otras profesiones. En medicina por ej, han logrado aplicar estas nuevas tecnologías en su beneficio; desarrollan cada vez más instrumentos funcionales a la profesión y sus necesidades específicas. En ingeniería, contabilidad, diseño gráfico, construcción, bioquímica, seguridad, bancos, consultoras… todos han adoptado y no pueden vivir ya sin las nuevas herramientas tecnológicas.

Sólo en educación les damos la espalda, sin sospechar las ventajas que supondría su uso. Y no lo digo por el “copy & paste” tan extendido entre el alumnado que gracias a la wikipedia saca buenas notas.


Hablo de nosotros, que nos estamos quedando atrás, que con nuestras clases tan lindas planificadas en la carpeta, no logramos hacer que nuestros alumnos dejen de bostezar y que tampoco aprovechamos al máximo las capacidades creativas de la computadora para que sea a la vez tanto herramienta de trabajo como vehículo de aprendizaje. 

En otro contexto no dudaría en proponer computadoras para las escuelas (que de hecho las hay, pero no andan). Pero nada de gabinetes, con profesores que les enseñen lenguaje de programación o la diferencia entre software y hardware, sino para el uso cotidiano dentro del aula, como herramienta de consulta, de investigación, de creación de trabajos en diferentes formatos según la aplicación que se les quiera dar.

Pero para eso nosotros tendríamos que saber usarlas lo cual representaría un desafío nuevo. Y costoso, claro.

¿Por qué los docentes le tienen miedo a la computadora? ¿Qué se esconde detrás de esa resistencia a entrar en la era tecnológica y que ésta entre en la escuela?

24 de febrero de 2009

Empiezan las clases

Este año comienzan las clases el 2 de marzo. Al reencontrarnos con nuestras compañeras, sintomáticamente todas teníamos las mismas caras. Recordemos por qué:

El año pasado fue devastador para muchos. Nos descontaron los días de paro, el gremio “arregló” con el gobierno desoyendo los multitudinarios reclamos de las bases, brindamos navidad con chicos en las escuelas bañados en sopa y ¡hasta intentaron despojarnos de nuestra caja de jubilaciones!

Esta semana se presentan nuestros alumnos que compensan y habrá que ver si durante estos meses de calor insoportable, optaron por estudiar o por tirarse en la primera pileta que encontraron (no me malinterpreten: esta elección me resulta de lo más lógica dadas las temperaturas que tuvimos).
Mi reflexión iba por el lado de cómo cada docente aterriza en la escuela después de mes y medio de dormir todo el sueño acumulado durante el pasado año. Personalmente llegué a la escuela en un estado de irrealidad. Por decirlo en términos tecnológicos: se me colgó el sistema. 

Es difícil poner en marcha el motor, organizar nuestros horarios, desempolvar el guardapolvos, hacer el recorrido de casa a la escuela… donde nos desorientamos del todo: la definición (según la escuela es “el método”) de quién va a estar al frente de qué grado, papeleo interminable que diligentemente nos trae la secretaria, planificaciones que debemos presentar acorde al nuevo diseño curricular, sin tenerlo ya que sólo hay uno en existencia por escuela y sin saber cómo debemos presentarlas porque todavía no hay capacitaciones al respecto, elección o no del manual o libro de texto que nos acompañará todo el año (tengamos en cuenta que este año el panorama se presenta por demás áspero económicamente y el presupuesto no da para que las familias compren un libro a cada hijo), preparación del acto de inicio de clases, ornamentación de la escuela y aulas, etc, etc… todo esto si tenemos la suerte de contar con cargo. 

Larga pesadilla les espera a los miles de docentes que deambulan de acto público en acto público en busca de alguna suplencia que sobrepase los 3 días. Adobemos (cual canal Gourmet) con temperaturas que rozan los 40º, sin luz y al cabo de un rato, tampoco agua, ni siquiera caliente. ¿No me estaré pasando? 

Será que no tengo ganas de volver a la escuela, sencillamente me aterra tener que volver, enfrentarme a un año que se avisora peor que el anterior, sin esperanzas de mejora. Mafalda lo explica mucho mejor:



¿Cómo siente cada docente el regreso inminente de las clases? En este año 2009 que tanto ha dado que hablar sobre crisis, despidos, índices fraudulentos del INDEC y piquetes agrícolas, ¿Cómo nos enfrentamos a la inmensidad de "todo un año por delante"?

23 de febrero de 2009

¡Más inspiración!


Alice

Alicia preguntó tímidamente:
 
_ ¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?

_ Eso depende en gran parte del sitio al que quieras llegar –dijo el Gato.

 
_ No me importa mucho el sitio… -dijo Alicia.

_ Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes –dijo el Gato.

_ …siempre que llegue a alguna parte –añadió Alicia como explicación.

_ Oh, siempre llegarás a alguna parte –aseguró el Gato- si caminas lo suficiente.

Lewis Carrol. Alicia en el País de las Maravillas

Frustración


Hoy temprano levanto a mi nena. La llevo a la rastra con su almohada pegada. LLegamos al acto público de titularidades. Empieza el remate. Y no pudo ser... No me alcanzó el puntaje. Y yo la saqué barata. En ese mismo momento varias personas se quedaron automáticamente sin trabajo.
Bueno, dice uno, son las reglas del juego.
Pero ¿qué reglas son esas que convierten a los maestros en "consumidores" de cursos, o "cajitas felices"? como le dicen los compañeros de Rio Negro, sarcásticamente. Vale la metáfora hamburguesera barata.
Lo único que sé es que no compré todas la hamburguesas, digo, cursos chatarra que me quisieron encajar en la puerta misma del acto público. Y saqué vendiendo almanaques a algún promotor que me vino a interrumpir en mi horario de clase.
¿Es justo que tenga que destinar buena parte de mi magro sueldo a llenar los bolsillos de políticos y dueños de editoriales o dudosas organizaciones capacitadoras para poder conservar mi trabajo?
¿Llegaré a ver el día que TODOS nos rebelemos y no compremos más hamburguesas baratas?

Buscando inspiración



"EN LA INFANCIA LAS PALABRAS SON BOCAS, BOCAS QUE SE COMEN LAS PALABRAS, LABIOS QUE HABLAN UNA LENGUA INCOMPRENSIBLE QUE ES, AL MISMO TIEMPO, LA LENGUA DEL AMOR. EL NIÑO SOLO CAPTA LA MIMICA, LA FISONOMÍA DE LOS VOCABLOS QUE SE ACERCAN A ÉL COMO UNA CARICIA O QUE SE APARTAN EN UN GESTO DE ADIÓS. LOS CHICOS JAMÁS ESCUCHAN LO QUE DICEN LOS MAYORES, MÁS BIEN LOS VEN HABLAR COMO EN UNA PELICULA MUDA."

Ricardo Ibarlucía, Estudio Introductorio a
"Una ola de sueños" de Louis Aragon.
Foto de André Kertész. Ernest.
¿París? ¿cualquier otro lado? ¿1931? ¿2009?



Una letra pájaro... ¡¡¡Vamos, siempre baila!!!
Maite, 5 años. (Parte de una canción estival)

21 de febrero de 2009

¿Por qué un blog educativo?

A modo de explicación y que haga las veces de presentación, vamos a acercarnos a las ideas que nos impulsaron a crear este espacio.
Vayamos por partes. La red nos inunda de páginas web, blogs, foros, redes sociales y un sinfín de páginas con más información de la que podemos digerir…
Como docentes encontramos que es una herramienta sumamente útil: ¿Tenés dudas sobre tu puntaje? vas a la paginita de abc, click en ingreso anual docente y listo; ¿necesitás actividades para trabajar unidad, decena y centena con tus alumnos? entrás en google y encontrás 6.583.120 resultados (¡en 0,15 segundos!), ¿querés reflexionar sobre la práctica pedagógica y los medios disponibles en una escuela pública de la provincia de Buenos Aires?, acudís a los blogs que se especializan en estas cuestiones, ¿debés averiguar sobre legislación o estatuto docente?, ingresás a la página de los gremios….
Lo que nos llama la atención es la cantidad de información que se encuentra en internet, y a la vez que todo está fragmentado: una cosa por acá, la otra por allá, bien clarito, sin irse por las ramas. Pero nosotras nos preguntamos: ¿por qué no hay un lugar donde se pueda encontrar, todo junto, esto que forma parte de nuestra vida como docentes? Un lugar donde poder escuchar otras voces que viven el día a día del aula, que tienen dudas acerca de una licencia y los pasos a seguir, sobre lo que está bien o no de sus prácticas pedagógicas, y de sus prácticas institucionales, sobre el libro de texto a elegir en el siguiente año escolar, sobre la formación docente que tuvieron y su aterrizaje en la realidad del aula, y ¿por qué no? También un lugar para buscar ideas para el acto del día de la bandera. Porque todo esto constituye, entre mil actividades más, el ser docente.
Ser docente y no en cualquier contexto: un docente argentino, de escuela pública, que casi siempre termina poniendo plata de su bolsillo para los materiales que necesitan sus alumnos, un docente descalificado por muchos padres, políticos y hasta compañeros por luchar en busca de un sueldo un poco mejor, un docente que recorrió los pasillos de la secretaría de inspección miles de veces y por distintos motivos, un docente que hizo suplencias, provisionalidades y no sabe si este año tiene continuidad o no, que cobró mal el sueldo, que no entiende su recibo de haberes, que debe pagar cursos que otorgan puntaje, etc, etc…
Con esa idea nació este blog. El formato del blog nos permite generar espacios de reflexión y opinión, y además proponer enlaces con otros sitios de gran interés donde se puede aprender mucho. Con todo esto en mente les decimos: ¡Bienvenidos a bordo!

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