Siguiendo con la reflexión del post anterior, las preguntas que me genera este bendito trabajo que elegí son interminables. Debo decir, que no todo es callejón sin salida. A veces me desanimo, me canso, pero vuelvo al aula y ahí están l@s chic@s atent@s al encuentro y ahí empiezan a salir cosas: las canciones, la orquestita, los dibujos, los cuentos, los collages.
Las tareas también, que para ell@s son importantísimas, ¡más cuando se niegan a hacerlas! La valijita de los cuentos, los instrumentos, los juegos tranquilos, los juegos de patio, "el desconfío" (el juego de cartas que más les gusta), la sala de arte, las charlas a la entrada cantando y contando sus "cositas" de todos los dias... los paseos al "shopping" (neologismo para designar a la "quema", uno de los basurales cercanos a la villa), los pajaritos cazados con la gomera, los juegos en la calle, las historias de la casa, l@s herman@s, l@s amig@s, l@s enemig@s también, las peleas...
"La mirada artística sobre la realidad nos permite develar significados de la misma, porque los artistas buscan formas distintas de imaginar y ver la realidad, construyendo así nuevas imágenes del mundo. Cuando incorporamos lo artístico a nuestros talleres no lo hacemos como un mero momento de descanso y recreación. La vivencia del arte, la creación y sensibilización imprime en el espíritu de todos otro modo de ver y actuar en el mundo".
Extraído de: Aportes del Arte a la reflexión política pedagógica. Universidad Transhumante.
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